A pesar de que la obesidad se cataloga como una enfermedad crónica progresiva, históricamente no lo hemos visto asi. Debido a que es una enfermedad que no causa dolor físico tal como una fractura de hueso, no garantiza atención médica inmediata tal como lo haría una neumonía o cualquier otro problema médico de los anteriores.

Siempre pensamos en el paciente obeso como una persona con malos hábitos alimenticios y mala voluntad. Esta estigmatización del paciente obeso tiene un gran impacto en la calidad de vida del individuo con sobrepeso, [1].

Los pacientes que viven con obesidad tienen que despertar todos los días a una realidad diferente, en comparación con aquellos que no sufren esta enfermedad. La discriminación social está presente desde  la infancia, el paciente es objeto de burla en la escuela. Más tarde en la vida, sus relaciones interpersonales así como su desempeño profesional también se ven afectados. Las personas que sufren de esta enfermedad tienen que hacer frente a las desventajas de la carga fisiológica y psicológica de la enfermedad. Por ejemplo; pueden sufrir de síndrome de apnea del sueño, y, sin suficientes horas de buen sueño, comienzan su día cansados, lo que socava su capacidad para funcionar correctamente en sus actividades cotidianas.

El paciente diabético y con obesidad tiene que sufrir con estrés emocional y fisiológico, así como con el costo económico de esta enfermedad. Acudir y solventar las consultas medicas de, los medicamentos y las complicaciones que puede traer de por vida.

En el entorno de trabajo, a menudo el paciente obeso mórbido es menos productivo, debido a complicaciones y limitantes funcionales y tienen más ausentismo que las personas no obesas, lo que puede resultar en que sea percibido como ineficiente o perezoso.

Las interacciones sociales con su familia y amigos también se ven afectadas ya que los pacientes con obesidad severa a menudo no tienen la capacidad de participar en actividades familiares debido a una menor capacidad fisiológica como el ejercicio etc. Las investigación es indican que el estigma del sobrepeso provoca estrés psicológico, que contribuye a los pobres resultados de salud física para los individuos obesos y es un factor de riesgo para la depresión, baja autoestima y la insatisfacción corporal, [2].

Hoy en día tenemos pruebas científicas que demuestran que la obesidad no es sólo el resultado de malos hábitos alimenticios y mala voluntad, sino que tiene más que ver con una compleja interacción de factores genéticos, ambientales y metabólicos que están fuera del control del paciente extremadamente obeso.
Debido a que la obesidad está asociada con muchas enfermedades como: diabetes, hipertensión arterial, triglicéridos altos en sangre y ciertos tipos de cáncer, y sus complicaciones; la obesidad también se asocia con una notable disminución de la esperanza de vida convirtiéndose en la principal causa de muerte evitable en los Estados Unidos.

1. Andreyeva T, Puhl RM, Brownell KD, Changes in. Perceived weight discrimination among Americans,1995-1996 through 2004-2006.Obesity,silver spring.2008;16(5):1129-34

History of weight loss surgery.

2. Puhl RM, Heuer CA, Obesity stigma: important consideration for public health.Am J Public Health.2010;100(6):1019-28.

Dr. Galileo Villarreal

Cirujano Bariátra